En cada latido sufro herida
a cada paso mi alma se rinde
sin esperanza buscando la linde
de la amarga vida ya vivida
Como con voluptuosidad sentida
al escuchar la voz de su esfinge
impotente a cada suspiro finge
que la encrucijada es falsa mentida
Mas sabré yo que no habrá mayor verdad
que aquella que intenta ocultar
pues sus ojos revelan la realidad
Si así quiso arriesgar en el azar
ninguna pena, sino felicidad
aguarda en mi, porque bien supe amar
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